Edificios que generan energía y la integración de microgrids urbanas
La preocupación por la repercusión del cambio climático en nuestro día a día, es cada vez más real. Desde Europa, se han ido implementando ciertas iniciativas que han dado paso a la mejora continua de algunos aspectos sociales para reducir la huella en nuestro planeta.
Este tipo de iniciativas empiezan por aspectos tan simples como el tomar consciencia de nuestro consumo energético diario, pero también por adaptar nuestros edificios para conseguir ciudades más sostenibles.
Además, ahora más que nunca, las tecnologías emergentes están transformando no solo la manera en que usamos la energía, sino también como la producimos y distribuimos. Es por ello, que una de las soluciones más prometedoras es la integración de edificios que generan su propia energía.
¿Cómo generan los edificios su propia energía?
Para entender cómo funcionan este tipo de proyectos, debemos tener en cuenta que los edificios no solo consumen energía, sino que también pueden ser capaces de generarla, como, por ejemplo, con el uso de placas solares o turbinas eólicas a pequeña escala. Lo cual, beneficia en cuanto a la optimización del uso de los recursos disponibles y reduciendo a su vez, la huella de carbono en general.
Por lo tanto, este modelo de edificaciones se refuerza con el desarrollo de sistemas de gestión inteligente que optimizan la producción y el consumo energético en tiempo real, haciendo que estos edificios sean una parte activa y clave del ecosistema urbano. Y es aquí, donde entra el concepto de microgrids, que es una red de baja tensión donde se conectan diferentes fuentes de energía, a partir de ahí se distribuyen para poder administrar electricidad a una infraestructura.
¿Qué beneficios nos aporta?
- Aumentar la flexibilidad energética: Las microgrids permiten a los edificios y vecindarios mantenerse operativos incluso en casos de cortes de energía en la red principal. Este factor es esencial ante fenómenos naturales o interrupciones en el servicio.
- Reducir la dependencia de fuentes externas: Con edificios generando energía localmente, las microgrids pueden redistribuir la energía de forma más eficiente, reduciendo las pérdidas que normalmente ocurren en la transmisión de electricidad a larga distancia.
- Promover la sostenibilidad: Al optimizar el uso de energías renovables a nivel local, se reduce la necesidad de fuentes de energía fósil y, por lo tanto, las emisiones de carbono de la ciudad. Además, la gestión inteligente de las microgrids permite aprovechar mejor los recursos renovables intermitentes, como la energía solar o eólica.
Por lo tanto, podemos interpretar que el futuro de la energía urbana, no solo se trata de cómo la usamos, sino de cómo la producimos y compartimos. La clave para un futuro más limpio y eficiente está en la sinergia entre estas soluciones tecnológicas que ya están transformando la vida urbana.